Cultivemos la mente, desarrollemos nuestra creatividad genuina sin condicionantes, construyamos nuestras mentes desde nuestra propia identidad autónoma y, sobre todo, dudemos. Josefa Martín Luengo La Escuela Popular de Personas Adultas de Prosperidad es un proyecto pedagógico y social que surge por iniciativa popular en 1973 en el barrio madrileño de Prosperidad. Un proyecto de educación de personas adultas iniciado, por lo tanto, por gente del barrio, con gente del barrio y para la gente de ese y cualquier otro barrio.
La Escuela se caracteriza por ser una asociación autónoma e independiente de la administración y de cualquier otro tipo de organización, política, sindical o religiosa. Cuenta con personas que por iniciativa propia, dedicando el tiempo y el esfuerzo que pueden y sin recibir por ello compensación económica alguna, llevan adelante las actividades educativas que se realizan durante el curso. Esto demuestra la capacidad de iniciativa social para autoorganizarse y responder a las necesidades, en este caso educativas y culturales, que demanda una comunidad de personas. Organizarse de forma asamblearia: Todos los miembros (monitoras/es, alumnas/os, socios/as y las personas de los grupos que solicitan locales a la Escuela) de la Escuela Popular de Prosperidad se reúnen periódicamente en Asamblea para hablar y decidir sobre aquellos temas previstos en el orden del día: La Escuela es responsabilidad de todas/os los que formamos parte de ella. Entre todas/os se reparten el mucho trabajo que exige el buen funcionamiento de la Escuela: labores contables (tesorería), administrativas (matriculaciones, relaciones con la Comunidad de Madrid, titulaciones, control de cuotas...) y de servicios (limpieza, mantenimiento, compras de material...). En definitiva se trata de aprender, como si fuera una asignatura, una forma de organización colectiva que es la AUTOGESTIÓN, poniéndola en práctica, viviéndola. Las metodologías de enseñanza: La influencia de Paulo Freire radica en aceptar que la función principal de la educación es hacer personas libres y autónomas, capaces de analizar la realidad que les rodea, participando en ella y transformándola. Por ello, en La Prospe se asume una pedagogía que se renueva con la práctica y que fomenta la reflexión para la acción. La manera de enseñar fomenta el conocimiento de la realidad, la reflexión crítica sobre esa realidad, la solidaridad con aquellos que luchan por cambiarla por otra mejor, la capacidad de decisión acerca de qué hacer en esa realidad y la capacidad de actuación para transformarla. En resumen, se concibe la educación como un instrumento de transformación social. Por todo esto, se puede considerar a la Escuela Popular de Prosperidad como una cooperativa de cultura popular. La metodología está basada en la participación y en la no competición. Los contenidos educativos que se trabajan, tienen que ver con el mundo que hay alrededor. La evaluación es permanente y se hace sobre todo lo que se realiza en la Escuela. Se evalúa el trabajo dentro de cada grupo, en el que cada persona ejerce la autocrítica sobre sí misma y los demás contribuyen, con sus aportaciones, a enriquecer esa autocrítica, y se evalúa el trabajo dentro de la Escuela. Las evaluaciones sirven para comprobar si la manera de funcionar es adecuada para lograr los objetivos pedagógicos y sociales que se proponen o no. Un sistema de enseñanza distinto del oficial o tradicional que nos ayude a valorar y replantearnos que hay otras formas posibles de enseñar y aprender.
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Para la asignatura de “investigación educativa” mi propuesta de estudio y de investigación parte de la comparativa entre las metodologías tradicionales de enseñanza (basada en la transmisión-adquisición de conocimiento y que entiende la instrucción directa bajo la estructura de:
Presentación → Práctica → Prueba o evaluación final) y la estrategia de “aprendizaje basado en proyectos” Según la definición de Harwell (1997) “El aprendizaje basado en proyectos es un modelo de aprendizaje en el que los estudiantes planean, implementan y evalúan proyectos que tienen aplicación en el mundo real más allá de aula de la clase” Esta estrategia de enseñanza‐aprendizaje parte de dos premisas: 1. Disponer de un problema/proyecto real planteado al alumnado que impulsa a los/as estudiantes a trabajar en equipo para buscarle solución. 2. Una integración total y plena del proyecto, en el currículo del módulo correspondiente, de forma que las materias impartidas se supediten a la resolución del mismo. La metodología ABP entiende que el “aprender es hacer” como un proceso de trabajo compartido, donde se elige, se discute, se busca, se corrige y se aplica. Con estos procedimientos, se pretende que el alumno aprenda a desenvolverse como un profesional capaz de identificar y resolver problemas. Las TIC son de suma importancia en este tipo de aprendizajes, dado que en todas las fases del proyecto del AbP, se puede trabajar con ellas, incluirlas como herramientas básicas de desarrollo y de aprendizaje y darles un papel protagónico dentro de cada uno de los pasos. Así, en la fase inicial se pueden evaluar conocimientos previos mediante encuestas o cuestionarios realizados a través de Socrative, Kahoot, formularios de Google o Edpuzzle. En las fases de trabajo, presentación y elaboración del producto final podemos utilizar recursos tecnológicos como Genially, Popplet, Prezi o realizar video presentaciones con Powtoon o Videoscribe. Y para darle difusión a nuestro proyecto podemos utilizar un Blog, compartir videos a través de Youtube o diseñar un porfolio con Wordpress. Una vez más, las TIC nos brindan un sinfín de oportunidades para decidir cómo queremos que sean nuestras prácticas docentes y cómo las trabajamos día a día en nuestras clases con los/as alumnos/as. |
Judith gxPsicóloga, apasionada de la educación y feminista ArchivosCategorías |